martes, 7 de mayo de 2019

Incendiaremos el mundo otra vez


Y volveremos, con varios años más a las espaldas pero con la misma fuerza con la que empezamos.
Y seguiremos, con las mismas ganas de gritar qué es lo que no queremos.
Y aprovecharemos para encontrarnos, disfrutarlo y volver a recordarlo.
Que nos da igual pasar frío, o llevar calcetines desparejados, que con un par de latas nos apañamos.
Que da igual que llueva y nos mojemos, un par de trapos y a seguir cantando.
Que somos diferentes, y por eso somos ricos, por seguir haciendo lo que amamos.
Y volaremos, porque ya no nos importa el destino si estamos todos.
Y viviremos, contentos con lo poco que tenemos, no nos hace falta ser tanto.
Y no callaremos, porque es así cuando me gustáis, cuando estáis bien presentes.
Que allí es donde os quiero, en mi presente y mi futuro aunque sea imperfecto.

Volveremos, seguiremos, volaremos, viviremos. Y nunca callaremos.

sábado, 6 de febrero de 2016

Siempre

Aunque sabía que nunca más ibas a pronunciar mi nombre, no dolía oírte contar como fue tu primer beso. Me encantaba escuchar tus batallitas y ver como sonreías cuando alguna de ellas contenía alguna "mentirijilla".

Disfrutaba viéndote cantar, era una de las pocas cosas que aún no habías olvidado. Recuerdo perfectamente la letra, aquella que contenía palabras que te describían a la perfección. Nobleza y honradez. Nobleza no por pertenecer a ella, sino por ser una persona sin maldad alguna. Honradez por actuar siempre como tenías que hacerlo y sin abandonar tus ideales, aquellos que siempre habías tratado de inculcarnos a todos. Admirabao tu fuerza a pesar de todo. 

Hace años decías que el olvido era una forma de perdón. En cambio, tu olvido era mal. Un mal que apagó la luz de tu ser, que arrasó con tus recuerdos que nunca iban a volver. Y allí estabas, luchando contra él. Incansable hasta el final. Y junto a ti, nosotros luchando a tu lado.

Fue una una batalla larga, pero al final pudo contigo; pudo con nosotros. Te fuiste perdiendo en medio de esa guerra de rabia y desconcierto. Nos derrotó y no pudimos hacer nada para evitarlo. Perdiste, pero no te fuiste. Ni te irás nunca. Decidiste volar y ahora tienes un nuevo hogar; la eternidad.



Te quiero, abuelo. No te olvido.

sábado, 28 de diciembre de 2013

La Haine

Es difícil no odiar. Personas, cosas, instituciones. Cuando te machacan y disfrutan viéndote sufrir, el odio es lo único que tiene sentido.

Pero se lo que le hace el odio a un hombre; lo destroza, lo convierte en algo que no es, algo que se prometió a sí mismo que nunca sería. Eso es lo que quiero decir, hacer saber lo mucho que me estoy esforzando por no ceder ante el peso de todo lo horrible que siento en mi corazón.
A veces mi vida parece un número de equilibrista sin red. Lo que siento choca de frente con lo que debería hacer. 
Reacciones impulsivas en una carrera contra las soluciones con kilómetros de ventaja dentro de mi mente.

Cuando repaso el día, veo que la mayor parte del tiempo me la he pasado reparando los daños del día anterior. En una vida así no tengo futuro, sólo distracciones y remordimientos. Cada día es como una caja nueva, la abres, ves lo que hay dentro y tú eres el que decide si es un regalo o un ataúd.

martes, 3 de septiembre de 2013

Dulce introducción al "caos"

Vivo en un país donde amanece a la hora que tú quieras. Donde la gente baja a desayunar churros con chocolate en aquella famosa plaza en la que solíamos quedar, donde no se le da demasiada importancia al reloj, de hecho, las campanas de las iglesias fueron derrocadas porque no nos gustaba que nadie nos marcara pautas. Lo único que hacemos es vivir el momento sin pensar en lo demás. Aquí nada ni nadie es ilegal.

Vivo en un país donde se fomenta la música en directo, donde pasar por una esquina significa encontrarte a aquel señor tocando su guitarra, como cada tarde, sin saber hacer otra cosa más que sonreír. En mi país, nuestro país, nadie controla a nadie, las terrazas están abarrotadas de gente y tú y yo allí, en la misma mesa de siempre, disfrutamos de una partida de cartas mientras suena nuestra canción favorita.

Es un país donde las banderas son del color que tú quieras pintarlas. Donde las paredes están llenas de obras de arte. Donde no hay que pedir los besos y donde a la gente le gusta abrazarse. Aquí todo el mundo es feliz, los problemas se solucionan con un "lo siento mucho" y una cerveza con amigos. 

Vivo en un país donde predomina el color verde de las plantas y donde cada noche nos reunimos en la montaña que hay justo en medio a montar nuestra tienda de campaña. Donde cada día sale el sol con la misma fuerza que nosotros y donde a la luna no le hacen falta pelas para salir todas las noches. A nosotros tampoco. 

El tamaño de nuestro país es variable. Puede ir de miles de kilómetros a medio milímetro. Depende de donde tú estés. Es un país que hemos construido juntos. El único en el que creo, y el único por el que voy a seguir luchando.

domingo, 17 de marzo de 2013

Hablando con mi cerebro


¿Cómo estás? Vengo a visitarte, hacía tiempo que no hablábamos. Siento haber estado tan ocupada, no he tenido el tiempo que me hubiera gustado para pasarlo contigo. Me cuesta aún reconocerte tras aquella charla que tuvimos. Ni si quiera se de qué hablamos la última vez. 

Perdón por no haberte prestado la atención que merecías, pero ahora que tengo un hueco espero que quieras compartirlo conmigo. 

Siempre me he preguntado quién marcaba los pasos que tenemos que dar y a la velocidad a la que hemos de darlos. Y es que vamos más rápido de lo que nos gustaría.

Envejecemos de golpe, sin tiempo siquiera de disfrutar de la juventud, de las tardes en el parque, de los viajes sin pausas, sin prisas. No podemos pararnos a contemplar el paisaje; el campo, el mar, las montañas... Todo son franjas de luz y rayas de autopista, somos vehículos circulando a 120 km/h.

Sea quien sea, consigue lo que se propone. Quizás el método está en llenar la cabeza de cosas inútiles con la certeza de que no habrá nadie que rechiste. Ni una queja. Miles de cabezas asintiendo órdenes que ni siquiera entendemos.

Creo que tú lo odias tanto como yo, incluso más, entiendo que te afecta más directamente. Lo necesitas, lo necesitamos. Quizás no nos vendría mal escaparnos por un segundo, fugarnos de esto que no nos deja vivir a nuestra manera. Aprovechar la velocidad a la que nos han obligado a circular, agarrarnos fuerte e irnos corriendo hacia ningún lugar, donde no haya un ojo que vigile. Y que se joda el viento, que se jodan todos los que quieran atraparnos.

Te propongo escondernos en algún rincón de cualquier montaña, la que más te guste, la que más te recuerde al mejor momento de tu vida. Donde podamos disfrutar del paisaje, de los animales. Donde la contaminación no sea la protagonista de la película. Donde nadie diga qué tenemos que hacer y en qué momento debemos hacerlo. Podemos invitar a aquellos que se sientan como nosotros dos, quién sabe, puede que encontremos a alguien que nos entienda.

Ya llevamos toda una vida obedeciendo órdenes, creo que merecemos un descanso.

miércoles, 13 de junio de 2012

Mi héroe favorito


Nunca he creído en héroes de pantalla de cine. Lástima, no voy a hablar de Batman esta vez. Personalmente, creo que este adjetivo va mucho más allá. Hoy en día se abusa de la palabra, y muchos consideran héroes a un futbolista por haber conseguido un balón de oro, o a un cantante por haber hecho una canción divina de la muerte. No hace falta llevar capa para serlo. 

Hoy, pongo de manifiesto que yo sí tengo un verdadero héroe, y es mi abuela. Muchos, si algún día llegáis a leer esto (cosa que dudo mucho) pensaréis que estoy loca, otros me entenderéis a la perfección (o no), y a otros simplemente os dará igual. No me importa. Para mí uno de mis héroes es ella. Ella y tantos otros que lo han dado todo por seguir adelante. Ahora y sobretodo en tiempos duros. Tiempos en los que todo se convertía en un camino enorme lleno de obstáculos donde más de uno que ahora va de fuerte hubiera caído. Tiempos en los que vivir no consistía en ir al parque a echar el rato. Subsistir. Esa es la palabra. Subsistir a unas normas impuestas por inmorales asquerosos que sólo pensaban en ellos mismos y a una sociedad piramidal donde todos ellos estaban abajo, aguantando con todas sus fuerzas la base que sostenía a los cerdos de arriba.

Ahora estarás pensando que digo auténticas gilipolleces. Me da igual. Los considero héroes porque estoy segura de que una cosa así no es capaz de hacerla cualquiera, y menos seguir adelante con la misma ilusión con la que empezaron el camino sin rendirse ni una sola vez. Plantarle cara a la muerte, o incluso morir para conseguir ésto que ahora tenemos y no apreciamos. Esos son los verdaderos, los que ahora sonríen viendo que sus nietos leen libros que antes estaban prohibidos, los que se contentan sabiendo que pueden andar por la calle sin pensar qué puede pasar si a la vuelta de la esquina se encuentran con uno de los del traje gris, los que lo han dado todo por un futuro mejor sin pedir nada a cambio.

Y ahora dime ¿quién es el tuyo? ¿Messi? ¿Madonna? ¿Barack Obama?
Para mí, los verdaderos héroes son auténticos desconocidos.



Incendiaremos el mundo otra vez

Y volveremos, con varios años más a las espaldas pero con la misma fuerza con la que empezamos. Y seguiremos, con las mismas ganas...